ANDRZEJ WRÓBLEWSKI: Verso/reverso.
EL DIFÍCIL EQUILIBRIO
Primero, me sorprendió que en Madrid se exhibiera la obra de un artista polaco, lo que no es habitual. Después, aumentó mi sorpresa al saber que el elegido había desarrollado toda su corta producción en el período comunista, pues el arte de esta época es poco valorado en general. Al fin, ya rodeado de sus pinturas, las despojadas imágenes de Wróblewski me transmitieron una honda tristeza llena de fuerza. Como un potente grito de angustia.
Y esa sensación me
acompañó mientras permanecí en el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro de
Madrid, y aún después. La corta vida de Andrzej Wróblewski (treinta años entre
1927 y 1957) y las contradicciones que
se reflejan en sus pinturas, testimonian claramente la difícil época que le
tocó sufrir como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y la posterior
represión comunista en su país. Tal vez por estos motivos se alternan en sus
obras el realismo socialista “oficial” y la abstracción geométrica que,
incluso, aparecen simultáneamente en ambos lados de algunos de sus lienzos.
Además, el colorido que suele utilizar,
con influencias fovistas y expresionistas, contradice a veces las dramáticas
imágenes que crea.
Un estilo personal el de
Andrzej Wróblewski, construido en base a aparentes contradicciones que tal vez
hayan sido, simplemente, su búsqueda de un necesario equilibrio entre
sentimientos antagónicos, o su espontánea y natural manera de expresarse.
Andrzej Wróblewski - autorretrato
Palacio de Velázquez – Del
17/11/15 al 28/2/16.
PAZ ERRÁZURIZ (Chile,
1944)
LA POTENTE FUERZA EXPRESIVA DE UNA ARTISTA COMPROMETIDA
La indiferencia es imposible ante las imágenes fotográficas que Paz Errázuriz ha sabido captar, para llegar con rotundidad a la sensibilidad del espectador.
Paz Errázuriz
Los mundos que nos ofrece no coinciden con nuestro habitual sentido de lo estético, de lo bello. Y justamente en ello reside su estética y su belleza. En la exaltación de “lo otro”, lo que no queremos ver porque nos inquieta, nos incomoda, nos plantea conflictos, nos obliga a analizar, a buscar respuestas, a cuestionarnos la realidad.
En sus series temáticas
impera la autenticidad de lo que solemos clasificar como “marginal”. Errázuriz
nos lo muestra desde dentro, evitando cualquier efectismo, exceso o subrayado
innecesarios.
“Mostrar una imagen
indigna es una traición. Hay un compromiso de por medio. Hacer una foto es muy
atroz, muy agresivo, es muy valiente el acto de quien se deja fotografiar. Hay
una cantidad de pactos silenciosos que tú no puedes traicionar”, declara
Errázuriz con evidente responsabilidad.
El fundamental respeto por
los otros es imprescindible para dirigir su mirada, su testimonio fotográfico.
Para crear esas intensas atmósferas humanas donde caben el dolor, la
ingenuidad, la crueldad, la soledad, la ilusión, la desesperanza, siempre la
vida.
Fundación Mapfre – Del
16/12/15 al 28/2/16.
DEL DIVISIONISMO AL
FUTURISMO
El arte italiano hacia la modernidad.
Ante todo recordar que el Divisionismo italiano es semejante al Puntillismo francés, pero que se diferencian en que para el primero el tema sigue siendo importante, mientras que para el segundo lo que prevalece es la experimentación técnica. Ambos provienen del Impresionismo. En Italia, los Macchiaioli o Manchistas (Fattori, Signorini, Abbati, Lega) son un importante precedente.
Gaetano Previati
(1852-1920), Angelo Morbelli (1853-1919), Giovanni Segantini (1858-1899) y
Emilio Longoni (1859-1932) se consideraron divisionistas porque aplicaron las
investigaciones sobre la percepción óptica de la luz y los colores que había
difundido en Italia Vittore Grubicy de Dragón (1851-1920). Pero aunque
expusieron sus trabajos juntos nunca formaron un grupo o un movimiento, pues
cada uno se sintió independiente a la hora de evolucionar y elegir su propio
camino.
De este modo, Segantini y
Longoni se interesaron por la Naturaleza, Previati se inclinó por el Simbolismo,
Morbelli decidió denunciar las diferencias sociales de la época mediante el
Realismo, pero todos continuaron expresándose con la técnica divisionista hasta
los años 20.
En 1909 el poeta Filippo
Tommaso Marinetti (1876-1944) publicaba el Manifiesto Futurista exaltando la
belleza de la velocidad, el peligro, la energía, el dinamismo, la anarquía, el
progreso, la juventud, la agresividad, el cambio… Giacomo Balla (1871-1958),
Carlo Carrà (1881-1966), Umberto Boccioni (1882-1916), Gino Severini
(1883-1966) y Luigi Russolo (1886-1947) formaron parte del Futurismo. Éste no
introdujo grandes novedades técnicas, pues se limitó a usar los efectos de
movimiento simultáneo del Cubismo (y del cine), y continuó utilizando la
técnica del Divisionismo. De todos modos, su aporte a la transformación del
arte del siglo XX fue muy importante.
Más tarde, después de que
el Movimiento Futurista se desintegrara en 1916, algunos de sus miembros se
aliaron con el fascismo: “Queremos glorificar la guerra, única higiene del
mundo; el militarismo; el patriotismo; el desprecio a la mujer.”
“Del Divisionismo al
Futurismo” es una excelente muestra que explica, mediante una bella selección
de pinturas de artistas en general poco conocidos en España, la relación y
evolución natural que se produce entre los movimientos de fines del siglo XIX y
principios del XX. Época de grandes cambios y ambiciosas expectativas de futuro,
que se frustró en dos Guerras Mundiales, y nos ha conducido a la encrucijada
actual en la que el incierto futuro se basa en la economía (lo material) y el
progreso tecnológico (también material) pero no en la evolución real ni en el
cambio profundo de un ser humano decidido a construir un mundo mejor, en todos
los sentidos, para todos.
Giovanni Segantini
Angelo Morbelli
Angelo Morbelli
Emilio Longoni
Angelo Morbelli
Giuseppe Mentessi
Emilio Longoni
Pelliza Da Volpedo
Giovanni Segantini
Gaetano Previati
Gaetano Previati
Umberto Boccioni
Umberto Boccioni
Giacomo Balla
Luigi Russolo
Fundación Mapfre, del 17/2
al 5/6 de 2016.
MIRÓ Y EL OBJETO
La singularidad de Joan Miró (Barcelona, 1893 - Palma de Mallorca, 1983) es indiscutible y, además, fácilmente reconocible, guste o no su obra al espectador. Por esto me parece innecesario analizar el porqué, el sentido, la razón de sus esculturas reunidas esta vez en la sala de exposiciones de Caixa Forum de Madrid.
Hay que experimentar la
originalidad o no. Hay que percibir la poesía que emana de ellas o no. Hay que
comprobar la humildad, la levedad, la libertad expresiva con que fueron creadas
o no.
Las imágenes pictóricas de
Miró, y en este caso sus esculturas compuestas por objetos encontrados al azar
pero conscientemente elegidos y ensamblados, establecen un diálogo espontáneo
con el espectador o no. Y punto.
En mi caso, la empatía que
se produjo desde el primer momento no se ha modificado a través de los años. Si
usted siente lo mismo, esta exposición es para su disfrute. No se la pierda.
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