COMENTARIOS DE CINE

 


LEOPOLDO TORRE NILSSON: LA PÉRDIDA DE LA INOCENCIA, LA CULPA Y EL PODER

 

 
Beatriz Guido y Leopoldo Torre Nilsson  (Buenos Aires, Argentina, 1924–1978)

 

Es el director más valorado, a nivel internacional, del cine argentino clásico, y uno de los más personales y controvertidos.

 

Escritor de cuentos y novelas, director de teatro y referente fundamental para la generación de realizadores de los años 60/70, recibe entre otros muchos reconocimientos el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Cannes de 1961 por “La mano en la trampa”, al tiempo que el British Film Institute lo elige entre los 10 mejores directores del mundo junto a Federico Fellini, Luís Buñuel, Ingmar Bergman, Alain Resnais, Akira Kurosawa, Andrzej Wajda, Michelangelo Antonioni, Tony Richardson y Satyajit Ray.

 

Hijo de Leopoldo Torres Ríos (1899-1960), importante realizador y pionero del cine argentino, sobrino del también realizador y fotógrafo Carlos Torres Ríos (1898-1956), los hijos de su primer y segundo matrimonio (con Beatriz Guido), Pablo y Javier Torre, también heredan su vocación, al igual que su nieto Oliverio Torre, hijo de Javier: cuatro generaciones de directores de cine.

 

Después de un largo aprendizaje, entre 1939 y 1949,  como asistente de dirección de 19 películas de su padre y como colaborador en el guión de 9, en 1950 adapta y dirige, aún junto a su padre, la novela “El perjurio de la nieve” de Adolfo Bioy Casares con el título “El crimen de Oribe”.

 

En 1954, se atreve a llevar al cine, ya independizado de su padre, el cuento “Emma Zunz” de Jorge Luis Borges que titula “Días de odio”. Un tipo de cine intimista, intelectualmente ambicioso y muy arriesgado para la época que, lógicamente, no logra repercusión popular.

 

Por fin, ya separado de la madre de sus dos hijos, se une sentimentalmente a la escritora Beatriz Guido  para iniciar, con temas basados en libros de ésta, la etapa más original, creativa y personal de su filmografía.

 

Así, con “Graciela” (1955), “La casa del ángel” (1957), “El secuestrador” (1958), “La caída” (1959), “Fin de fiesta” (1960), “Un guapo del 900” (1960), “La mano en la trampa” (1961), “Piel de verano” (1961),  “La terraza” (1963) y “El ojo de la cerradura” (1966), desarrolla con toda plenitud su denso y complejo estilo visual, fusionado con las propuestas literarias de Beatriz Guido,  hecho de expresivos primeros planos y profundos campos visuales, de contrapicados, encuadres con recurrentes planos oblicuos, una iluminación contrastada y una música misteriosamente dramática  que crean atmósferas asfixiantes, inquietantes, de amenazante sensualidad.

 









 

La perdida de la inocencia y de los ideales, el derrumbe de los mitos, los prejuicios, la culpa y el castigo de las pasiones, el mal que acecha oculto y los poderes morales y políticos dispuestos a la represión, son los componentes habituales del singular universo creado por Nilsson-Guido.

 

Elsa Daniel, en la primera etapa, y Alfredo Alcón, en la segunda, son los magníficos protagonistas de su cine. Y, justamente,  en este último recaerá la responsabilidad de interpretar a los personajes históricos de “Martín Fierro” (1968), “El santo de la espada” (1970) o “Güemes” (1971).  Es en este período, alejado de su mundo más personal, cuando obtiene los mayores éxitos de público, aunque no de crítica.

 



 

También en la década de los 70 vuelve Torre Nilsson al mundo que compartía con Beatriz Guido obteniendo éxitos de crítica y público al adaptar a notables escritores argentinos como Roberto Arlt en “Los siete locos” (1973), Manuel Puig en “Boquitas pintadas” (1974), la propia Beatriz Guido en “Piedra libre” (1975), y Adolfo Bioy Casares en “La guerra del cerdo” (1975). 

 



 

 

Siempre controvertido, siempre acosado por la censura o por la incomprensión, durante la brutal dictadura del 76 se produjo su prematura muerte, se destruyeron los originales de muchos de sus filmes y se olvidó por un tiempo su legado cinematográfico.

 

A principios de la década de los 80 conocí en Madrid a Beatriz Guido (Rosario, 1924/Madrid, 1988) y tuve la oportunidad de transmitirle mi admiración por la obra que realizó, con muchas dificultades, junto a Torre Nilsson. 

 

Revalorizado en los últimos años, Leopoldo Torre Nilsson ha vuelto a ocupar su merecido lugar como creador fundamental.

 

 

 

ENLACES

Joaquín Soler Serrano entrevista a Leopoldo Torre Nilsson en el Programa "A Fondo" de Televisión Española, el 8 de agosto de 1976.




 Y tres películas:

 

"La casa del ángel" 1957

 

 

"La caída"  1957



"La mano en la trampa"  1961


 


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